Autores: Fernando Del Castillo, Josías López y Cristian Ávalos
A sus 20 años, Fernando Del Castillo se consolidó en el pórtico de Nacional Senac, unos de los clubes más tradicionales de Tarija el cual milita en la máxima categoría del fútbol tarijeño. Su sueño es tocar el profesionalismo a base de esfuerzo y disciplina. Paralelamente estudia Comunicación Social en la Universidad Católica Boliviana (UCB).
Unos de los puestos más complejos dentro del campo de juego es ser portero, el perfeccionismo debe primar en esta ocupación porque un simple error puede transformarle en villano, él no hace goles. Está allí para impedir que lo hagan. Así fue la etapa de madurez futbolística de Fernando, aprendió de los errores, un niño triste que supo contener las lágrimas y se levantó nuevamente para cumplir su sueño. Tuvo varios tropiezos durante su proceso formativo, una de las principales condiciones para ser arquero es tener una estatura alta pero Fernando no cumplía los requisitos, lo cual provocó dejar el fútbol temporalmente.
Tardes de soledad, sin practicar lo que más le gustaba, decidió volver a la rutina. Su talento demostrado durante su etapa formativa interesó a un equipo de fútbol de ascenso, donde logró consolidarse y ganar continuidad. Un año después, Nacional La Pampa iba a ser su próximo destino, equipo que milita en la segunda división del fútbol tarijeño, donde iba a aprovechar su oportunidad y explotar su talento. Pura agilidad, reflejos y seguridad iba a garantizar un futuro grandioso de este guardameta. Su evolución fue extraordinaria, hasta lo catalogaron como el mejor portero del campeonato.
Las oportunidades se aprovechan. Fernando no desperdició esa oportunidad, pues Nacional Senac buscaba un guardián del pórtico, que defienda los tres palos del Tractor Amarillo y sin pensarlo, requirió de sus servicios. Hoy, Fernando tiene el sueño de llegar al profesionalismo pero el camino no es nada fácil.
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