1RA EDICIÓN – PROGRAMA MULTIMEDIA “MIRANDO DESDE EL BALCOM” 2024
Las lagunas de oxidación son una molestia y peligro diarios para los vecinos del barrio San Luis. ¿La
solución? Una nueva planta de tratamiento de aguas residuales.
Por: Mauricio Ortega, Nayeli Villarroel, Fernanda Donaire, Saúl Loza, Gabriela Laura, Carlos Ledezma.
En 1988 se instaló la Planta de las Lagunas de Oxidación de San Luis, ubicada en el barrio San Luis de la ciudad de Tarija. La planta fue creada con el objetivo de recoger, tratar y descontaminar las aguas de la población y del sector industrial y con una proyección de diez años de vida útil.
Sin embargo, desde hace 35 años todos los desechos del alcantarillado de la ciudad desembocan en las lagunas de oxidación. La planta ha superado y triplicado su tiempo de vida útil y se ha convertido en uno de los principales focos de contaminación de la capital tarijeña.
En el barrio San Luis, la fetidez y la contaminación mantienen en permanente alerta a los vecinos de la zona, quienes reclaman desde hace más de una década la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas residuales.
Ricardo Pacheco, expresidente del Distrito 11, tuvo un papel importante en el comité impulsor del proyecto para el tratamiento de aguas residuales de Tarija. Mientras ocupó el cargo, gestionó un convenio para el estudio y financiamiento respectivos, pero a pesar del esfuerzo de Pacheco, él y los vecinos siguen esperando la ejecución del proyecto.
La actual presidenta del barrio San Luis, Gabriela Panique, menciona que se han realizado distintas demandas a las autoridades; las mismas que, hasta el momento, no muestran ninguna preocupación por la contaminación que emiten las lagunas de oxidación. Por lo que la actual gestión sigue trabajando para hacer visible el problema.
Debido a esta situación, son múltiples las enfermedades y riesgos a los que están expuestos los vecinos del barrio San Luis y toda la población tarijeña.
Luis Cabrera, vecino del barrio San Luis, menciona: “Levantarse en las mañanas y sentir ese olor desagradable es algo incómodo para los vecinos del barrio”. Desde que tiene memoria, Luis ha vivido con la experiencia desagradable de levantarse cada mañana, almorzar, estudiar y convivir a diario con la fetidez de las lagunas.
“Levantarse en las mañanas y sentir ese olor desagradable es algo incómodo para los vecinos del barrio”.
La doctora Nora Peralta Vázquez, apoyo técnico de salud ambiental del Servicio Departamental de Salud de Tarija (SEDES), afirma que por el consumo de agua no tratada existen enfermedades infecciosas como la escherichia coli, la salmonela y otras bacterias que pueden atentar contra la salud. Además, causan enfermedades como la rinitis u otras de tipo gastrointestinal y dérmico —principalmente en los vecinos de la zona—, enfermedades que debido a la gran exposición pueden llegar a causar la muerte.
Las lagunas de oxidación —que acumulan lodos de heces, ácido sulfhídrico y más— son también causantes de la proliferación de mosquitos, responsables del paludismo, dengue, zika y chikunguya.
Ante esta situación, la Cooperativa de Servicios de Agua y Alcantarillado de Tarija (Cossalt), que estuvo a cargo del mantenimiento de las lagunas de oxidación, se manifestó respecto al tema. José Luis Patiño, gerente general de Cossalt, aseguró que lo único que garantiza el cierre de estas lagunas de oxidación es la construcción final del proyecto de una nueva planta de tratamiento de aguas residuales.
Como entidad asumen la responsabilidad del descuido y del mal manejo de las lagunas de oxidación; aunque desde el 2019 se plantearon manipular de mejor manera los recursos para que se pueda mejorar el manejo y cuidado de las aguas residuales.
William Rocha, vicepresidente del barrio Luis de Fuentes, menciona que el proyecto de la planta de tratamiento lleva más de cuatro años en espera y que por “algún u otro motivo” siempre se paraliza.
Teniendo en cuenta estos aspectos, Marcelo Poma, exdelegado presidencial de Tarija, hace alusión a un proyecto nuevo. Se trata de la “Macroplanta de Tratamiento de Aguas Residuales” (MPTAR), la cual será creada en beneficio de la población tarijeña y se espera que genere empleos, recursos económicos y un mejor sistema de riego para los agricultores.
La nueva macroplanta de tratamiento, además de ser un potencial beneficio para la economía de la población tarijeña, garantizaría una mejor calidad de vida para resguardar la salud de todos los habitantes.
Poma asegura que el Gobierno Nacional está dispuesto a financiar hasta en un 100 % del proyecto, si es que el departamento de Tarija no cuenta con los recursos económicos necesarios. Añade que es necesario contar con terrenos saneados, para lograr la construcción de la macroplanta sin ninguna limitación.
En esa lógica, el alcalde de Tarija, Johnny Torres Terzo, confirmó que los terrenos para la Macroplanta de Tratamiento de Aguas Residuales ya tienen ubicación en el Distrito 10, casi al final de la quebrada Cabeza de Toro. Se trata de una extensión de 18 hectáreas (El País).
El Alcalde recalcó que estos terrenos cuentan con todos los documentos de derecho propietario emitido y registrado por Derechos Reales, lo que posibilita realizar la licitación de la obra para garantizar el diseño y construcción sin ningún problema.
“¿Qué nos garantiza que este proyecto no nos afecte como vecinos?”.
Gustavo Rivera, vecino del barrio Juan Nicolai —que forma parte del Distrito 10—, afirma que algunos vecinos temen que ocurra lo mismo que con las lagunas de oxidación. Para ellos es importante que el Gobierno Departamental garantice que el proyecto se desarrolle de la manera planificada.
“¿Qué nos garantiza que este proyecto no nos afecte como vecinos?”, cuestiona Gustavo y menciona que es testigo directo de lo que provocan las aguas residuales con una simple fuga, contaminando el Río Guadalquivir, la zona y generando un daño medioambiental acompañado de la preocupación por la calidad de vida de los habitantes.
Las expectativas de este proyecto son prometedoras para toda la población tarijeña, especialmente para aquellos que a diario sobreviven en el entorno hostil generado por las lagunas de oxidación.
La nueva planta de tratamiento promete, además de una mejora para el medioambiente, que sus efectos colaterales en la salud se detengan, generando una mejor calidad de vida para todos los pobladores de la ciudad.