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- Equipo Ecohidratate-Anahi Sossa-Jose Huarachi-Renato Tezanos-Matilde Navarro
Un conjunto de estudiantes de la Universidad Católica Boliviana promueve “Ecohidratate”, un tipo de emprendimiento que persigue combatir la utilización excesiva de plásticos en los espacios universitarios a través de dispensadores que permiten el recargo de agua. La iniciativa señala una alternativa práctica, ecológica y accesible a la hora de entender un problema cotidiano.
En medio de clases, trabajos y interminables jornadas académicas, los estudiantes universitarios presentan muchas veces una necesidad básica cubierta: hidratarse sin comprometer el medioambiente. Ante esta necesidad se forma Ecohidratate, una iniciativa ecológica, que están llevando a cabo jóvenes de las carreras de Ingeniería Comercial y Administración de Empresas.
“El proyecto comienza a partir de un problema común que nos toca vivir a todos, es el uso excesivo de plástico, en concreto el del consumo de agua”, dice Anais Chávez, una de las personas promotoras del proyecto. “Nuestra intención es poder fijar un estilo de vida activo pero también consciente del impacto ambiental que generamos”, añade.
El sistema funciona con una lógica que es muy lógica: los usuarios del botellón tienen que colocar su botellón en el dispensador de agua, decidir de entre 2, 3 o 4 bolivianos el monto a pagar y en menos de tres o cuatro segundos el botellón queda completamente lleno de agua potable. “Tenemos en consideración el tiempo de carga para que no suponga un riesgo y estamos pensando en unos elementos de seguridad y filtros antibacterianos para acompañar el dispensador”, explica José Ricardo Garreca, otro miembro del equipo.
El objetivo no apunta tanto a proporcionar agua sino también a construir una red de recarga accesible para todos los universitarios. Tal como lo explica Matilde Tejerina, la idea surge de la observación de que en las diferentes áreas de la U no se permite rellenar botellones, por lo que los estudiantes sólo pueden comprar el agua envasada o el agua en bolsas. “Además el agua en bolsa ha estado mucho tiempo al sol, es de mala calidad y puede llegar a provocar hasta dolor de cabeza”, asegura.
Desde sus primeras investigaciones de mercado hasta el diseño y desarrollo del dispensador, el equipo ha trabajado en conjunto sin dilaciones, estableciendo así el proyecto como una respuesta capaz de dar solución al problema de los residuos plásticos. “Lo vimos primero como familia, con una manera de pensar en común para reducir el impacto sobre el medio ambiente”, Renato Pinto.
Hoy por hoy, Ecohidratate tiene como punto de mira la instalación de sus dispositivos en instituciones educativas y en espacios de gran afluencia de personas como el Parque Bolívar o el Mercado Central.