1RA EDICIÓN – PROGRAMA MULTIMEDIA “MIRANDO DESDE EL BALCOM” 2024
Una cámara fotográfica inactiva en la banquilla, sus manos escondidas en los bolsillos de su atuendo y una mirada distraída en aquellas palomas que picoteaban el suelo en busca de alimento, retraban una desolada escena en la concurrida plaza principal Luis de Fuentes y Vargas.
“Hoy no hice no hice ni una fotografía”, se lamenta don Estaban Flores, uno de los cuatro fotógrafos “minuteros” que todavía nadan a contracorriente en la Tarija de los celulares y las cámaras digitales.
Esteban tiene 82 años de edad, y desde hace 60 años se aposenta en la plaza principal de Tarija para capturar imágenes mediante la acción de la luz; fotografías por las cuales hoy en día cobra Bs. 10 cada una.
Si bien la fotografía impresa causó un boom en la ciudad por allá por la década de los 60, en la actualidad el panorama es diferente, pues al igual que Esteban sus otros tres compañeros sienten cómo los celulares y las redes sociales ha declinado la demanda de las fotografías impresas, situación que afecta a su economía.
“Ha mermado harto, hay días que no sacamos nada” — dice Esteban al indicar que no es posible vivir de la fotografía — “Se sobrevive, pero no se vive”.
Esteban da gracias a Dios que cuenta con el apoyo económico de sus hijos, pues si su sustento económico dependiera de su trabajo no tendría la vida digna que se merece toda personas en su vejez.
“Antes el fotógrafo era bien cotizado, para cualquier acontecimiento nos llamaban”, recuerda con gusto Oscar Aspia, un fotógrafo minutero de 78 años que se formó en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz, pero ahora en su vejez radica en la ciudad de Tarija.
“El celular nos ha quitado mucho trabajo porque ahora todo el mundo tiene su celular. Ahora ya no hay esa ganancia de antes; antes vivíamos de la fotografía, ahora se sobrevive”, coincide Oscar con su colega.
Oscar, se retiró de la fotografía hace mas de 30 años, puesto que el trabajar en un laboratorio fotográfico ha ocasionado graves problemas en su vista. Aunque no ejerce el oficio, Oscar visita seguidamente la plaza para conversar y animar a sus colegas fotógrafos.
El fotógrafo profesional, Claudiu Popescu, corrobara que los celulares móviles han afectado los ingresos de los fotógrafos de la plaza, puesto que ahora “todo el mundo tiene acceso a una fotografía”. Sin embargo, el hecho de que todavía los fotógrafos sigan en la plaza, eso representa que todavía tiene clientes.
Hipólito Mamani, visitante de la ciudad de La Paz es un claro ejemplo del anásis que hacen los fotógrafos de la plaza sobre cómo el avance de la tecnología les arrebató clientela, puesto que en las visitas que realiza Hipólito a Tarija, él no se lleva fotos impresas de recuerdo sino que opta por tomarse una fotografía con celular.
Un reportaje del diario el país titulado “Los últimos fotógrafos minuteros de la plaza Luis de Fuentes” muestra que para el año 2012 solo eran dos fotógrafos minuteros que habían persistido para sacar adelante su trabajo a pesar del tiempo y la tecnología: Luis León Villavicencio y Julián Fulque Choque, quienes actualmente ya no utilizan las tradicionales cámaras minuteras puesto que las han remplazado por cámaras digitales e impresoras portátiles para así acomodarse a las nuevas tecnólogas.