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En una noche mágica, el Centro Cultural Biocultural de Tarija se transformó en un portal hacia la rica cultura Weenhayek. El pasado 13 de febrero, las paredes del centro vibraron con los ecos de una civilización milenaria durante la “Noche Weenhayek”.
El Gran Tewook, como los Weenhayek llaman al río Pilcomayo, fue el protagonista silencioso de esta velada cultural. Este río, que serpentea por el Chaco tarijeño, no es simplemente una corriente de agua; es la arteria vital que ha nutrido durante generaciones a esta nación indígena, transportando en sus aguas no solo peces, sino también historias y tradiciones.

La noche se inauguró con la proyección de obras cinematográficas del director Roberto Balderas: “Cosmovisión Weenhayek”, mediometraje que capturó la esencia de esta cultura ancestral. Las imágenes en movimiento dieron paso a la presencia cautivadora de Fabian Cortez, conocido como Nitipehén, quien es músico y comunicador Weenhayek.
Nuestra artesanía no es un simple producto”, explicó Nitipehén durante su emotiva intervención,
Es un canal de comunicación, una forma de compartir nuestra historia con el mundo”.
El público, visiblemente conmovido, no se limitó a ser un mero espectador. La interacción fue intensa y genuina, con preguntas que surgían desde la curiosidad sincera por comprender mejor esta cultura milenaria. El diálogo se extendió más allá de lo previsto, transformando al Biocultural en un espacio de encuentro verdadero entre culturas.

Liliana, fundadora del Centro, compartió su visión con entusiasmo:
“Queremos que este espacio sea un punto de encuentro vivo, donde el café se mezcle con la cultura y donde cada conversación abra nuevos horizontes de entendimiento”, comparte con entusiasmo Liliana, fundadora del Centro.
La “Noche Weenhayek” demostró que la cultura es un río vivo que, como el Pilcomayo, fluye sin reconocer fronteras. En cada nota musical de Nitipehén, en cada imagen proyectada y en cada palabra compartida, se reafirmó que la identidad de los pueblos indígenas no es un vestigio del pasado, sino una fuerza vital que continúa nutriendo nuestro presente.
En cada evento, en cada encuentro, se reafirma que la cultura, como el río, es una fuerza viva que nos conecta y nos transforma.
Sobre el Centro Biocultural
Ubicado en Calle Corrado 557, frente al Colegio San Bernardo, mantiene su invitación permanente a la comunidad para ser parte de esta corriente de intercambio cultural. Ya sea para disfrutar de un café mientras se exploran nuevas expresiones artísticas, para exponer productos sostenibles o para compartir el propio arte, este espacio representa un punto de encuentro donde la tradición y la innovación convergen, nutriendo el espíritu cultural de Tarija.